domingo, 15 de septiembre de 2013

Las comidas familiares

Y todos esos expertos en nutrición que surgen al ver tu plato, cuya especialidad académica siempre son las proteínas y que no tienen mejor cosa que hacer que criticar y preguntar, y asegurar que los cerdos se multiplicarían hasta límites insospechados si no nos los comiéramos, por no hablar de las pobres lechugas a las que hacemos sufrir sin motivo alguno.

Si sois vegetarianos estoy  segura de que todo esto os suena, a todos nos pasa, especialmente al principio. Hace casi dos años que soy vegetariana, todos los fines de semana voy a comer a casa de mis padres y al principio todo eran preguntas y cachondeo, estaban seguros de que la tontería se me pasaría pronto, como no se me pasa parece que empiezan a aceptarlo aunque de vez en cuando vuelven a salir las bromas.
Con los amigos he tenido muchos menos problemas, hubo preguntas y risas al principio pero pronto lo aceptaron y la verdad que es de agradecer.

Tema aparte son las bodas, bautizos y comuniones, si tenemos suerte nos pondrán un menú más o menos decente, si no comeremos una ensalada con lechuga, tomate y cebolla, de segundo parrillada de verduras y de postre fruta, que se note la creatividad del cocinero. Y esto si no tenemos la suerte de que en nuestros platos incluyan, gambas, atún, jamón serrano y un largo etc de ingredientes animales que parecen crecer en los árboles.  Y toda la mesa nos preguntará a que se deben las exigencias de nuestro menú y volvemos otra vez al tema de preguntas y bromas, y es que los vegetarianos vivimos en un bucle continuo.

Así que bueno, creo que no nos queda otra que armarnos de paciencia, responder con argumentos coherentes y buenos modales e intentar disfrutar de lo que tenemos en el plato.

Luna.

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